Cada semana analizamos un proyecto internacional que demuestra cómo el branding estratégico puede revitalizar marcas históricas y convertirlas en referentes contemporáneos. Hoy viajamos a Fulong, Taiwán, para explorar uno de los rebrandings más significativos del año: la reinvención visual y conceptual de Yilong Fulong Bento, una marca de bentos fundada en 1957 que forma parte esencial de la identidad cultural y gastronómica de la región.
El proyecto, firmado por Cool Mai Design bajo la dirección del diseñador principal Patrick Cheng y con el trabajo del diseñador Clyde Lai, ha sido reconocido internacionalmente con el premio Winner in Graphic Design / Branding, destacando por su sensibilidad cultural, su claridad visual y su capacidad para reconectar una marca histórica con el presente. Este rebranding demuestra cómo el diseño puede servir como puente entre generaciones, tradición y sostenibilidad, especialmente en un contexto donde las marcas buscan comunicar valores auténticos y duraderos.


Yilong Fulong Bento fue fundado en 1957 por la emprendedora Grandma Wu, conocida en la región por preparar bentos nutritivos y llenos de cariño para pescadores, viajeros, montañistas y visitantes de la costa. Sus bentos —conocidos por su estructura de ocho platos— ofrecían una combinación de energía, sabor y calidez hogareña que se convirtió en símbolo de la región de Fulong.
Ese legado emocional es el corazón de este rebranding. La marca no solo sirve comida: sirve memoria. Cada caja representa el gesto de una abuela preparando comida con amor para quienes emprenden un viaje temprano, y ese concepto —hondamente humano— se mantiene vigente más de seis décadas después.
Uno de los grandes logros del estudio Cool Mai Design ha sido saber escuchar esa historia y transformarla en un lenguaje visual contemporáneo.

El elemento central del nuevo branding es un logotipo con la forma de un bento box. Parece simple, pero encierra una profunda carga simbólica: no es solo un contenedor de comida, sino un contenedor de emociones, de historia y de vínculos familiares.
Este símbolo funciona como metáfora de:
El logotipo no compite con la historia: la encarna. La forma del bento permite reconocer la marca al instante y refuerza el concepto de “volver a casa”, un mensaje presente tanto en el diseño gráfico como en el diseño espacial de las tiendas.

Cool Mai Design construye un sistema visual basado en elementos que conviven entre tradición y contemporaneidad. El uso de líneas sencillas, formas geométricas suaves y composiciones de aire generoso crea un lenguaje visual cálido y muy accesible.
La paleta cromática se apoya en tonos terrosos y cálidos, asociados a:
El resultado es una identidad visual que respira calma, afecto y autenticidad. No se trata de replicar la estética del pasado, sino de interpretarla con sensibilidad contemporánea para una nueva generación de consumidores.

Lo que diferencia este proyecto de otros rebrandings gastronómicos es su fuerza narrativa. El equipo creativo trabajó tanto en el diseño como en el copywriting, reforzando la historia de la marca desde la voz de la propia fundadora. Esto permitió construir un relato emocional en el que el bento box se transforma en símbolo:
El objetivo del rebranding no es modernizar por modernizar, sino proteger un patrimonio emocional al tiempo que se prepara a la marca para los próximos 50 años. Es un proyecto donde el diseño no decora: comunica valores.

Uno de los componentes más brillantes del rebranding es el diseño espacial —un recurso que pocas marcas tradicionales aplican tan bien. Cool Mai Design interpreta la esencia del hogar a través de:
El objetivo: que cada visitante sienta que entra en un lugar familiar, cercano y acogedor.
Así, el espacio no solo vende comida: construye emoción. Y esa emoción es parte fundamental del valor de marca.

Este rebranding introduce un elemento clave que diferencia a Yilong Fulong Bento de otras marcas tradicionales: el compromiso ESG.
La marca declara abiertamente:
“Cuidamos más por el medio ambiente y por esta región que otras marcas similares.”
Cool Mai Design integra esta visión en el branding mediante la introducción del almuerzo plant-fiber, un bento hecho con fibras vegetales que reduce el impacto ambiental y refuerza:
El nuevo packaging es coherente con esta visión: materiales naturales, tacto orgánico, estética minimalista y una narrativa visual alineada con la causa.
Esto posiciona a la marca no sólo como un pilar cultural, sino como un referente de sostenibilidad en el sector gastronómico taiwanés.

El sistema visual del rebranding demuestra una gran atención a la consistencia gráfica:
Todo está pensado para crear una marca que se sienta:
El equilibrio es excepcional.

El proyecto ha sido galardonado como Winner in Graphic Design / Branding, un reconocimiento al trabajo de Cool Mai Design por:
Este tipo de premios valida el trabajo estratégico y creativo y demuestra la importancia del diseño en la revitalización de marcas gastronómicas históricas.
El rebranding de Yilong Fulong Bento demuestra de manera ejemplar el poder que tiene el diseño cuando se entiende como una herramienta cultural, emocional y estratégica, no solo estética. Estamos ante un proyecto que respeta profundamente la historia de una marca con raíces en 1957, pero que al mismo tiempo la proyecta hacia el futuro con una claridad sorprendente. Cool Mai Design no se limitó a actualizar un logotipo o modernizar un packaging: abordó la marca desde la esencia misma de su origen, desde el alma de la abuela que preparaba bentos con amor para quienes emprendían sus rutas diarias.
Este rebranding funciona porque parte de una verdad fundamental: las marcas gastronómicas no solo venden comida; venden cuidado, recuerdo, pertenencia. Cuando esa dimensión emocional se combina con un diseño estratégico sólido, el resultado se vuelve atemporal. La figura del bento box como símbolo no es una ocurrencia gráfica, es la encarnación visual de décadas de historias, de manos que prepararon comida al amanecer, de generaciones que crecieron con la marca como parte de su vida cotidiana. Ese nivel de conexión es el que convierte a Yilong Fulong Bento en algo mucho más profundo que una marca de bentos: es patrimonio cultural.
Otro aspecto determinante es la manera en que la marca integra la sostenibilidad en su identidad. En un contexto donde las empresas deben asumir responsabilidades reales frente al entorno, Yilong Fulong Bento toma una posición clara con su apuesta por el lunchbox de fibras vegetales. Esta decisión no solo cambia un envase: redefine el rol de la marca en su comunidad y la alinea con valores contemporáneos esenciales. El branding no se queda en la superficie; se extiende a la práctica, al impacto ambiental, a la visión a largo plazo. De este modo, la marca conecta su legado con una nueva generación que busca autenticidad, responsabilidad y transparencia.
La ejecución visual —desde el logotipo hasta el diseño espacial— articula una narrativa coherente, cercana y afectiva. El espacio físico diseñado como un “hogar” refuerza esa idea de regreso, de refugio, de calidez. Es un ejercicio brillante de cómo el branding trasciende el papel y se convierte en experiencia viva. La estética minimalista no borra la tradición; la depura y la eleva. El resultado es un ambiente donde tradición y modernidad no compiten, sino que se abrazan.
Este proyecto también deja lecciones valiosas para quienes trabajamos en branding: la importancia de escuchar antes de diseñar, de comprender la historia antes de crear un símbolo, de traducir emociones en sistemas visuales, de no temer al minimalismo cuando el concepto es fuerte, y de entender que una marca puede evolucionar sin perder el alma. Cool Mai Design demuestra que cuando el branding nace del propósito, no del artificio, se convierte en un puente entre generaciones.
Por eso Yilong Fulong Bento no es un simple rediseño: es una declaración de identidad. Es una marca que reconoce su legado, se adapta a los tiempos y prepara su futuro. Una marca que entiende que modernizar no es borrar el pasado, sino iluminarlo desde nuevas perspectivas. Una marca que demuestra que el diseño, cuando se usa con respeto y visión, puede proteger una historia de casi siete décadas y, al mismo tiempo, abrir un camino lleno de posibilidades.
En definitiva, este rebranding no solo embellece —transforma. No solo comunica —conecta. No solo actualiza —revive.
Y en esa combinación de emoción, estrategia y diseño reside la verdadera grandeza de este proyecto.
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